El primero en llamar fue Claudio Caamaño
para informarme la lamentable y sentida muerte de quien fuera un gran amigo:
Elpidio Cáceres, más conocido como La Boa. Auténtico revolucionario, aguerrido
combatiente Constitucionalista y uno de los seres más solidarios que he
conocido para con todos los que de alguna forma han tenido que ver con los
movimientos en procura de la libertad y los cambios.
Qué pena que se haya ido La Boa. Un
hombre del pueblo, sencillo, valiente y con un gran corazón. Quienes no lo
conocieron no tendrán ni idea de quién hablamos. No era intelectual,
profesional ni pertenecía a los círculos sociales, pero lo adornaban la firmeza
en los ideales y la solidaridad humana que muchos quisieran tener.
Aunque nos conocíamos por años en Ciudad
Nueva y la Zona Colonial, nuestra fraternidad comenzó con lo que pudo haber
sido una tragedia, cuando una noche, durante la contienda de Abril del 65,
realizábamos uno de los rutinarios recorridos de patrullaje que los altos
mandos nos asignaban en la zona.
En la calle Arzobispo Portes, en los
alrededores de lo que se conoce como “Callejón de Regina” escuchamos disparos y
un gran alboroto, por lo que nos dirigimos al lugar de los hechos, donde
encontramos en confusa situación a una persona apertrechada con ametralladora
en manos. Le solicitamos su identificación y Comando al que pertenecía, pero
hizo un nuevo disparo al aire, alegando que era La Boa, que pertenecía al
comando 14 de Junio y que no se acercara nadie. Al saber que era mi conocido
amigo, me identifiqué, y luego de mucho esfuerzo, logramos, gracias a Dios,
controlar la situación. A partir de ahí, comenzó nuestra hermandad. Siempre me
visitaba. Nos encontrábamos en cualquier lugar en que hubiese un homenaje,
entierro o mortuorio de algún Constitucionalista. No solo logró vencer la
bebida, sino que se constituyó en un consejero de todo amigo o conocido al que
le gustaran los tragos aunque fueran sociales. Como dice un viejo amigo: La Boa
se convirtió en un necio abstemio.
Con Elpidio Cáceres se va un gran
recuerdo y un auténtico idealista popular. Fue un analista especial y
consecuente con los demás. Rabioso crítico de algunos que entendía dieron su
brazo a torcer, pero era débil con otros a los que siempre encontraba alguna
forma para comprenderlos o justificarlos. Fue un verdadero ser humano. Qué
lamentable que se haya ido Elpidio Cáceres (La Boa), el solidario y
consecuente. Un verdadero ícono de la lucha Constitucionalista. Se llevó
consigo el sueño y la ilusión de una revolución que nunca logró, y el pasado
permanente de la Guerra de Abril, de Caamaño y de todos los combatientes. Se
llevó consigo los ideales y el recuerdo de sus héroes.
Se fue un amigo fiel, sin pompas ni
floreos, pero todos los que lo conocimos y compartimos sus actitudes, lo
recordaremos como a los grandes hombres. Como a un valiente luchador.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos seran saciados... Esos tendran parte en el reino de los cielos yse sentaran a mi lado. JESUS DE NAZARETH
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