Carta de Claudio
Caamaño publicada en el Listín Diario el 13/12/2012.
En mi condición de compañero de toda la vida,
en especial de sus luchas patrióticas, felicito al Senado por el proyecto que
dispone el traslado al Panteón Nacional de los restos del Héroe Nacional, Francisco Caamaño Deñó, Presidente de la
República en Armas en contra de la Invasión Militar del gobierno norteamericano
en 1965. Listín Diario 6-12-2012.
Al ser combatiente de Abril y Caracoles, y Presidente
de la Fundación Caamaño, congratulamos al general Juan Pou hijo, por ser el
primer y único militar de las decenas de miles que nos adversaron en 1973, que
ha expresado públicamente el asesinato, descuartizamiento e incineración del
Presidente de la República y Héroe Nacional Francisco Caamaño Deñó. Listín
Diario 7-12-2012.
Como las responsables e históricas afirmaciones
del general Pou niegan los restos del Presidente Caamaño, debo explicar: al quedar sólo en las montañas por la muerte y
captura de dos de mis compañeros y la deserción y entrega de Hamlet Hermann , combatí durante casi un mes hasta la cercanía
de la capital y con las ayudas de Erasteide Guerrero de Paniagua, Arzobispo Hugo Polanco Brito, Radhamés Gómez
Pepín, Juan José Ayuso y otras personas, me asilo en la embajada de Méjico el
día 17 de abril de 1973, y el día 27 de mayo de ese año en compañía del
embajador, al amanecer despegamos en vuelo a Méjico, y al pasar al sur de la Cordillera Central sus
picos se iluminaron y pensé en mis compañeros de guerrilla, sus sueños, luchas
y sacrificios por engrandecer la Patria y me prometí rescatar los restos de
todos.
Regresé
a la Patria el 29 de agosto de 1979 y al día siguiente comencé la búsqueda,
tuve la suerte de pasar el ciclón David en la residencia de José Díaz Martínez,
quien era desde hacía años el suplidor de las Fuerzas Armadas de los equipos de
comunicación y éste durante la guerrilla pudo conocer a través de sus
relaciones y la escucha a través de los
equipos, que parte de los restos de Caamaño estaban enterrados junto a los
restos de Lalane José y Pérez Vargas en Nizaito, en un sitio cercano al lugar
donde asesinaron a Caamaño y que toda esa zona aún estaba militarizada.
El
doctor Bolivar Vargas Candelario organizó mi primer viaje a la Cordillera
Central, tres parejas de esposos en diciembre de 1979. Y así pude establecer el
área de carretera en Nizaito donde combatimos dos veces en la noche del 15 de
febrero y comparando fotografías el
sitio donde presentaron los cuerpos de Caamaño, Lalane y Pérez Vargas el 17 de
febrero de 1973, toda estaba militarizada. En enero de 1980 hice dos viajes a
ese sitio con José Delio Guzmán hijo, conocedor de la zona y de los militares
en la misma.
El 16 de febrero de 1980, aniversario de la
muerte de los patriotas, llegamos a las cuatro de la mañana a Nizaito: Fabiola Vélez,
Clara Báez, Héctor Domínguez Fernández, quien tenía años tras los restos de
Caamaño en Nizaito, Eligio Blanco Peña, Eugenio Huot, el periodista Bolívar
Díaz Gómez, y los fotógrafos Pérez Terrero y Milvio Pérez, un guía y yo. Comenzamos
a explorar y revisar el terreno con ayuda de linternas y al amanecer salimos en
una caminata de más de siete kilómetros hasta donde fue capturado herido
Caamaño y muertos Lalane José y Pérez Vargas. Revisamos durante cinco horas un área
de casi un kilometro cuadrado y recogimos múltiples objetos de los combates,
casquillos de diferentes armas, laterías
y sobres de sopa traídos por nosotros desde la isla de Guadalupe. No
encontramos la tumba pero hicimos el primer homenaje en ese sitio a los
patriotas que sabíamos enterrados en las cercanías.
Conocí al capitán Almonte Castro, que custodió
a Caamaño herido y prisionero durante 6 horas, hasta su asesinato y de los múltiples
datos en muchas reuniones con él surgieron los generales Raúl Almonte Lluberes,
quien captura a Caamaño y con el que tengo una excelente amistad; Carlos
Castillo Pimentel que se niega a cumplir la orden del almirante Jiménez Reyes
de asesinar a Caamaño, Héctor García Tejeda sustituye a Castillo
Pimentel y organiza y dirige el
asesinato. Con los nuevos datos, Domínguez Fernández y yo, hicimos múltiples
viajes y excavaciones en Nizaito sin encontrar los restos. Nadie con los que
hablé conocía el sitio exacto del enterramiento, porque ya se habían ido cuando
al medio día del lluvioso y frio 17 de febrero el Secretario de las Fuerzas
Armadas almirante Ramón Emilio Jiménez Reyes, ordenó a un cabo y seis rasos
quemar a Caamaño hasta desaparecerlo totalmente, para que los patriotas
dominicanos no tuvieran sus restos para rendirle culto e inspirarse en sus
ejemplos históricos, y enterrar a Lalane
y Pérez Vargas.
Contratamos detectives privados para buscar a
los enterradores. Encontraron en Pedro Santana, Provincia Elías Piñas, en 1987,
al cabo que ya era capitán y por una alta suma de dinero nos reunimos con él en
Nizaito, donde catorce años después, con dificultad encontró la tumba que hizo
con los cadáveres de Lalane, Pérez
Vargas y parte del de Caamaño. Por
interés e insistencia mía nos contó y
señaló lo siguiente: Al lado de un camino encharcado a unos cincuenta metros de
la carretera Ocoa-Constanza, estaba el cadáver de Caamaño desnudo y dos
guerrilleros metidos en sacos, el almirante Jiménez Reyes le ordenó que él y
seis militares quemaran a Caamaño hasta que no quede nada, y si algo queda lo
tiran por una furnia para que se los coman los puercos cimarrones. A los otros
dos los entierran en sitio y manera que nadie pueda encontrarlos. Unos
extranjeros que estaban con el almirante nos instruyeron como quemar a Caamaño
y hacer la tumba de los otros dos.
Como había llovido todo estaba mojado y no
prendía la leña para quemar a Caamaño, se lo informé al almirante Jiménez Reyes
y le pedí gasolina. Vino y se paró entre los pies de Caamaño y le disparó una
ráfaga partiéndolo casi en dos y volándole la cabeza, y dijo “ahora
hay menos que quemar”, y ordenó destazarlo para quemarlo mejor “y si
queda algo lo tiran que ese es comida de puerco”.
Pasamos la tarde enterrando a los dos,
partiendo leña, cortando a Caamaño en pedazos y esperando la gasolina que llegó
al anochecer. Durante toda la noche tratamos de quemar los pedazos de Caamaño,
pero la lluvia apagaba la fogata que volvíamos a prender en medio de un frio
tremendo, hasta que se acabó la
gasolina, nos guarecimos de la lluvia y cuando amaneció estábamos solos, recogimos los
pedazos no quemados y los huesos a medio quemar, y en vez de botarlos para los puercos
cimarrones de la zona, los llevamos a la
tumba recién hecha. Hicimos un hueco y los pusimos encima de los cadáveres, tapándolo
luego otra vez como nos habían instruidos los extranjeros, poniendo tierra y
apisonándola, luego tablas de costanera verde, tierra vegetal y la yerba de la
zona que habíamos separado con cuidado.
Con la información del sitio exacto, dos días
después, el sábado 2 de mayo de 1987, subió todo el equipo de búsqueda, los
hermanos de Caamaño, María Paula Acevedo, Freddy Beras Goyco y Teo Beras con
sus esposas y otras personas. Luego llegaron en helicóptero el Secretario de
las Fuerzas Armadas Antonio Imbert, el Jefe del Ejercito general Tommy Fernández
y el antropólogo Abelardo Jiménez, quien hizo el levantamiento. Sólo los restos
de Caamaño le tomaron todo el día, los de Lalane y Pérez Vargas se levantaron
días después. Los restos de Mario Galán Durán y Ramón Payero Ulloa en tumbas
separadas, en Los Mogotes, Villa Altagracia, cuya ubicación exacta fueron las
primeras que conocimos y sacamos de último para que no fueran a impedir
desenterrar los de Caamaño, por eso fueron desenterrados semanas después.
Los restos no completos y sometidos al fuego
del Héroe Nacional Presidente Francisco Caamaño Deñó, después de más de siete años de búsqueda por
mi parte y a catorce de su asesinato y tratamiento perverso, aberrante e inhumano de su cadáver heroico,
encontrados el sábado 2 de mayo de 1987, en un entierro encima y conjuntamente
con los restos de Lalane José y Pérez Vargas. Traídos a Santo Domingo el día 3
de mayo y después de los estudios realizados por antropólogos y forenses en el
Museo de Ciencias Naturales, fueron velados día y noche por todo un pueblo en
la iglesia La Paz de la Feria.
Llevados el día 12 de mayo con la participación
y asistencia de cientos de miles a un mausoleo construido por el ingeniero
Ludovino Fernández y donado por el ingeniero Martín Fernández, según las
especificaciones que les hice, pues pensé colocar junto a los restos de Caamaño
a todos sus compañeros de guerrilla,
incluyéndome a mí, en un sitio donde reposan cientos de mártires de la
Guerra Patria de 1965, donado por el Ayuntamiento del Distrito Nacional a la
Fundación Caamaño en el cementerio nacional de la Máximo Gómez. Pero los demás restos fueron reclamados por
sus familiares y entregados por mí a los mismos.
Puntualizo y explico todo lo anterior para
llevar al conocimiento de todas las personas de nuestra Patria, que los restos
incompletos que fueron depositados en el mausoleo del cementerio nacional de la
Máximo Gómez, son sin ninguna duda
razonable, los restos del más grande héroe del siglo pasado y Presidente de la
República Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Ninguna institución puede hacer a Caamaño más
grande de lo que él es históricamente. Que sus restos estén en el Cementerio
Nacional o en el Panteón de la Patria es sólo un reconocimiento. Lo importante
es que la seguridad, la salud, la educación, la dignidad y la felicidad de los
dominicanos por la que tanto luchó y murió, lleguen a ser una realidad en
nuestro país.
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Santo Domingo, D.N, República Dominicana
8 de abril de 2013
José Antonio Rodríguez,
Ministro de Cultura,
Presidente de la Comisión de Exaltación del
Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó al Panteón de la Patria, como ordena la
Ley No 4-13. Ley que dispone el traslado
de los Restos del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó al Panteón de la
Patria.
Distinguido miembro de la comisión.
Después de nuestra primera reunión del día 4 de abril, procedí a dar
informes de la misma a la Dirección Nacional de la Fundación Caamaño, y
asesorada por su Departamento Jurídico, acordamos preparar el presente
documento.
A la
Fundación Caamaño, y a mi persona, nos han pretendido colocar en una posición
de demostrar la autenticidad de los restos del Héroe Nacional, Presidente
Constitucional Combatiente, Líder y Símbolo de la Gesta Patria de 1965, Francisco
Alberto Caamaño Deñó; autenticidad ya legalmente probada y abiertamente
reconocida.
Nosotros fundamentamos nuestra
conclusión en años de investigación, pruebas testimoniales, pruebas gráficas,
pruebas documentales y estudios
antropológicos, todos ampliamente debatidos y concluyentes. Por lo cual, toda
negación corresponde ser probada por quien la plantea.
La máxima jurídica “Actor incumbit probatio”, establece
claramente que corresponde al que pretende algo la prueba de los hechos que
alega. Por su parte, el Art. 1315 del Código Civil establece que “el que
reclama la ejecución de una obligación debe probarla”, es decir, que toda
persona que reclama una pretensión determinada deberá aportar su prueba.
En 1987, hace mas de 25 años,
correspondió a nosotros probar esto y así lo hicimos, de manera irrefutable e
incuestionada, ahora corresponde a los que pretenden lo contrario probar sus
alegatos. Estos últimos basan su postura en simples rumores, no habiendo
presentado ningún documento ni otro tipo de prueba que posea la más mínima
fuerza probatoria.
-CONTINUA-
Las consideraciones sobre este
tema fueron abordadas por el Congreso Nacional, debatidas y concluidas, dando
la Ley No. 04-13, LEY QUE DISPONE EL TRASLADO DE LOS RESTOS DEL CORONEL
FRANCISCO ALBERTO CAAMAÑO DEÑÓ AL PANTEON DE LA PATRIA, promulgada por el Poder
Ejecutivo el 15 de enero de 2013, llevando de esta manera la veracidad de
dichos restos al nivel de ley promulgada. El Art. 3 de esta ley establece que: “se crea la Comisión de Exaltación, que
tiene como obligación principal organizar los actos de exaltación del coronel
Francisco Alberto Caamaño Deñó al Panteón de la Patria”. Por lo que sus atribuciones
son eminentemente de formalidad, no teniendo así facultad para discutir sobre
el fondo de esta ley.
Los restos de Francisco
Alberto Caamaño Deñó, deberán ser trasladados al Panteón de la Patria, en el
plazo establecido, so pena de violar la ley. Todo alegato que pretenda destruir
la autenticidad de dichos restos, estará contraviniendo la Ley No. 04-13, y
deberá ser incoado por la vía correspondiente.
Atentamente,
Claudio Caamaño Grullón
Presidente
Fundación Francisco Alberto Caamaño Deñó
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Santo
Domingo, D.N, República Dominicana,
12 de
abril del 2013
Al
Presidente de la República
Al Congreso
Nacional
Al
Pueblo Dominicano
El 15 de enero
de 2013, después de más de tres años de estudios y debates en el Congreso
Nacional, próximo a cumplirse el 40 aniversario del asesinato del Héroe
Nacional Francisco Alberto Caamaño Deñó, fue
promulgada por el Poder Ejecutivo la Ley No. 4-13, LEY QUE DISPONE EL TRASLADO
DE LOS RESTOS DEL CORONEL FRANCISCO ALBERTO CAAMAÑO DEÑÓ AL PANTEÓN DE LA
PATRIA, que establece:
ARTÍCULO 3.- Comisión. Se
crea la Comisión de Exaltación, que
tiene como obligación principal organizar los actos de exaltación del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó al
Panteón de la Patria.
ARTÍCULO 4.- Integración de la Comisión. La Comisión queda integrada de la siguiente forma: 1) Un
representante del Ministerio de Cultura, quien la presidirá; 2) Un
representante de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias; 3) El Presidente
de la Academia Dominicana de la Historia; 4) Un representante de la Fundación
Caamaño Deñó; 5) Un representante del Ministerio de las Fuerzas Armadas.
ARTÍCULO 5.- Plazo. En un
plazo de 90 días a partir de la entrada
en vigencia de esta ley, la Comisión creada en el Artículo 3, debe organizar
los actos de exaltación del coronel Francisco
Alberto Caamaño Deñó al Panteón de la Patria y otros reconocimientos
públicos de lugar.
El 4 de abril de 2013, 80 días después de
entrada en vigencia y solo a 10 días de vencer el plazo que dispone la Ley No.
4-13, para dar cumplimiento al traslado de los restos del Héroe Nacional
Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, la Comisión de Exaltación se reunió por
primera vez en el Ministerio de Cultura y acordamos el 24 de abril de 2013,
para el acto principal del traslado de los restos del coronel Francisco Alberto
Caamaño Deñó al Panteón de la Patria, a los 40 años de su asesinato. Así mismo se acordó que los actos de exaltación
se iniciarían el día 22 de abril en el cementerio de la Máximo Gómez, donde serían
exhumados los restos y colocados en cofre de caoba para dichos actos. Luego
conducido en desfile al Palacio Nacional, donde estarían en Capilla Ardiente y
harán guardia de honor el Presidente Lcdo. Danilo Medina Sánchez, ministros y funcionarios. Para el día 23 se
estableció un recorrido con paradas: en
el Altar de la Patria, Puerta del Conde, Edificio Copello, Fortaleza Ozama,
Plaza la Trinitaria e Iglesia Las Mercedes donde estarán los restos en capilla
ardiente hasta el 24 de abril para ser llevados y depositados en el Panteón de
la Patria, en acto solemne encabezado por el Presidente Lcdo. Danilo Medina. Se
acordó que los horarios de los distintos actos serían informados a toda la
población. Esto fue debatido y aprobado en la reunión del 4 de abril de 2013.
Horas después de terminada la reunión,
recibí llamadas de asistentes del doctor Carlos Salcedo, del Ministerio de Cultura,
para informarme de exigencias sobre la veracidad de los restos del Héroe
Nacional coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. Al día siguiente el doctor Carlos Salcedo me
informó, que si no se hacían pruebas de ADN a los restos, estos no podían ser
trasladados al Panteón de la Patria. Estudios que en este caso podían tomar más
de un mes y que la Ley No 4-13 no dispone.
La Fundación Caamaño en respuesta escrita
que envio a los demás miembros de la Comisión de Exaltación el 8 de abril,
expresaba lo siguiente:
A. La autenticidad de los restos del Héroe
Nacional, Presidente Constitucional Combatiente, Líder y Emblema de la Gesta
Patria de 1965, Francisco Alberto Caamaño Deñó, ha sido ya legalmente probada y
abiertamente reconocida.
B. Nosotros fundamentamos nuestra conclusión
en años de investigación, pruebas testimoniales, pruebas gráficas, pruebas
documentales y estudios antropológicos,
todos ampliamente debatidos y concluyentes.
C. Las consideraciones sobre este tema fueron
abordadas por el Congreso Nacional, debatidas y concluidas, dando la Ley No. 4-13,
LEY QUE DISPONE EL TRASLADO DE LOS RESTOS DEL CORONEL FRANCISCO ALBERTO CAAMAÑO
DEÑÓ AL PANTEON DE LA PATRIA, promulgada por el Poder Ejecutivo el 15 de enero de
2013, llevando la veracidad de dichos restos al nivel de ley promulgada.
D. Que las atribuciones de la Comisión de
Exaltación son eminentemente de formalidad, no teniendo así facultad para discutir
sobre el fondo de esta ley ni juzgar la misma.
E. Los restos de Francisco Alberto Caamaño
Deñó, deberán ser trasladados al Panteón de la Patria, en el plazo establecido,
so pena de violar la ley.
El 8 de
abril de 2013, a las 4:00P.M. se reunió
por segunda vez la Comisión de Exaltación en la sede del Ministerio de Cultura.
En esta ocasión el representante del Ministerio de las Fuerzas Armadas, General
doctor Rafael L. Pérez y Pérez, E.N. informó a la comisión que el Ministro de
las Fuerzas Armadas, Almirante Sigfrido Pared Pérez le dio instrucciones para
la mayor cooperación de las Fuerzas Armadas, en los actos de exaltación al
Héroe Nacional coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, dando cumplimiento a la
Ley No. 4-13. Luego el doctor Carlos Salcedo, del Ministerio de Cultura, leyó
la comunicación de la Fundación Caamaño, y tras afirmar que él es un experto en
leyes expresó que: “la Ley No. 4-13 está
plagada de errores y defectos, y que el hecho de que esta disponga en su título
el traslado de los restos del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, no
significa nada, que las leyes son para interpretarlas y por eso hay tribunales”.
Por su parte Juan Daniel Balcácer, de Efemérides Patria, planteó que por su
responsabilidad como historiador debían hacerse a los restos las pruebas de
ADN, y si no podían hacerse por el mal estado de los mismos, entonces si serían los restos, pero que de
poderse hacer el estudio este debería determinar si eran o no, y que como ya no
había tiempo para dichos estudios antes del 24 de abril él proponía posponer
los actos de exaltación.
Cuando me
tocó hablar, expresé que: “la Comisión de Exaltación establecida en el
Art. 3 de la Ley No. 4-13, no fue creada para juzgar dicha ley, sino para
cumplir sus disposiciones, y como la Comisión de Exaltación incumple la Ley que
la crea, situándose en la ilegalidad, la
Fundación Caamaño se retira de esta comisión”. Acto seguido nos pusimos de
pie y nos retiramos.
Por
lo antes expresado, proponemos que para dar
cumplimiento a la Ley No. 4-13, ley que dispone el traslado de los restos del coronel Francisco Alberto
Caamaño Deñó al Panteón de la Patria, la Comisión de Exaltación sea
declarada incapaz, y se apodere al Ministerio de las Fuerzas Armadas y a la
Fundación Caamaño, para dar cumplimiento a la misma.
Atentamente,
Claudio Caamaño Grullón
Presidente
Fundación Caamaño
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El siguiente
es un escrito elaborado por Claudio Caamaño Grullón, combatiente en la
Revolución de Abril de 1965, sobreviviente de la Guerrilla de Caracoles y
presidente de la Fundación Francisco Alberto Caamaño Deñó, como respuesta a la
intención de desacreditar la autenticidad de los restos del coronel Caamaño por
parte del Poder Ejecutivo, y la negativa de realizarle a Caamaño los honores
que les corresponden. Así mismo explica a que responde esta situación.
Es un
documento de libre difusión, el cual pueden compartir, reenviar y publicar. Les
pedimos ayudarnos a difundir este documento.
El Poder
Ejecutivo, el Imperio Norteamericano y los restos de Caamaño
Por Claudio
Caamaño Grullón
Al
sobrevivir a la guerrilla, sin rendirme ni entregarme, me hice la promesa de
que al regresar al país buscaría los restos de mis compañeros caídos y
asesinados, que habían sido sepultados en fosas escondidas bajo estricto
secreto político y militar en distintos puntos de la Cordillera Central. Por
más de siete años estuvimos buscando los restos de mis compañeros, en especial
los restos de quien fuera nuestro líder y nuestro comandante, y en lo personal,
mi mejor amigo y compañero de toda la vida, Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Con la ayuda
de detectives privados, que se infiltraron en las Fuerzas Armadas, pudimos
recabar información que nos permitió localizar el lugar donde fue asesinado y
posteriormente sepultado Caamaño, así como los nombres de los militares que
participaron en su captura, y los militares que cumplieron la orden de su
asesinato. De esta manera identificamos el militar que llevó a cabo la orden
del desmembramiento, la quema, y el enterramiento de sus restos ya mutilados,
quien por una fuerte suma de dinero nos narró los detalles de este horrendo
proceso y nos señaló el lugar del enterramiento, donde también estaban
sepultados dos de mis compañeros, Heberto Lalane José y Alfredo Pérez Vargas.
En el
levantamiento de los restos estuvieron presentes, entre muchos otros, el
Secretario de las Fuerzas Armadas Antonio Imbert Barreras, el Jefe de Estado
Mayor del Ejército Nacional Tommy Fernández Alarcón, y el antropólogo doctor
Abelardo Jiménez Lambertus, director del Museo de Historia Natural, este último
se tomó más de seis horas para rescatar los pocos huesos y fragmentos de
Caamaño que quedaron luego de las mutilaciones y el fuego a que fueron
sometidos, y que se diferenciaban perfectamente de los otros dos restos que no
habían sido quemados ni mutilados. Todo lo encontrado coincidió con la
descripción que nos había dado el militar que dirigió el enterramiento. Las
Fuerzas Armadas se encargaron de custodiar la tumba durante los varios días que
duró el desenterramiento de los otros dos compañeros.
Ya en Santo
Domingo, los restos fueron sometidos a un minucioso estudio antropológico y de
laboratorio, llevado a cabo por los antropólogos forenses más importantes de
República Dominicana: Abelardo Jiménez Lambertus, Renato Rimoli y Fernando Luna
Calderón. Este estudio arrojo como resultado que los restos rescatados eran totalmente
compatibles con las características de sexo, edad y estatura del héroe nacional
Francisco Alberto Caamaño Deñó. Concluidos los estudios, los restos fueron
expuestos por nueve días en la Iglesia La Paz, desde donde se trasladaron al
Cementerio de la Máximo Gómez, en lo que fue el entierro más multitudinario
hasta ese momento en la República Dominicana. Por más de 25 años estos restos
estuvieron en este cementerio, donde cada año recibían los honores de miles de
dominicanos, incluido el Congreso Nacional.
Cuando el
Congreso Nacional aprobó la ley que dispone el traslado de los restos de
Caamaño al Panteón de la Patria, el Poder Ejecutivo tuvo desde un principio la
marcada intención de evitar esto y desacreditar la autenticidad de los restos,
no solo por el gran valor histórico que poseen, sino también por el crimen de
guerra que constituyen. Estos restos son una evidencia de la brutalidad del
régimen de los 12 años de Balaguer y la criminalidad imperante en esas Fuerzas
Armadas. Caamaño fue capturado con vida y asesinado seis horas después, su
cadáver fue destazado y sometido a fuego por más de un día, llegando a
desaparecer los huesos de las manos, los pies y gran parte la cabeza, la cual
fue machucada; posteriormente lo que quedó fue depositado en un hoyo preparado
cuidadosamente con el propósito de que nunca fueran encontrados.
Para una
muestra de la intención que existe de esconder la verdad sobre la muerte de
Caamaño Deñó, basta con ir al Ministerio de las Fuerzas Armadas y consultar los
registros referentes a su muerte, donde aun aparece como que murió en combate.
Esto a pesar de que abiertamente se conoce que Caamaño fue capturado con vida y
luego asesinado, y que varios militares de los que estuvieron involucrados en
su captura y su asesinato han tratado públicamente este tema y dejado
constar la verdad de este hecho.
El poder
ejecutivo siempre estuvo en contra de reconocer y trasladar al Panteón de la
Patria los restos de Caamaño, el Presidente de la República no se atrevió a
emitir un decreto con tal disposición, como establece la ley del Panteón.
Ningún Presidente dominicano se atrevió a tomar esa decisión. Fue el Congreso
Nacional quien asumió ese compromiso. Por primera vez en la historia se exalta
una figura al Panteón de la Patria mediante una ley y no por un decreto. Esto
debido a que ningún presidente había tenido el valor de asumir ese compromiso.
Cuando la
Ley 4-13 sale de la Cámara de Diputados, luego de haber sido aprobada por el
Senado, establecía que la Comisión de Exaltación estaría compuesta por tres
miembros de la Fundación Caamaño, un miembro del Ministerio de Obras Públicas,
un miembro del Ministerio de Salud Pública y un miembro del Ministerio de la
Fuerzas Armadas, pero el Poder Ejecutivo, antes de promulgarla modificó por completo
la composición de esta comisión, de manera inconstitucional, con la finalidad
de incidentar el traslado de los restos, como bien ha hecho dicha comisión, la
cual está presidida por el Ministro de Cultura.
La
modificada Comisión de Exaltación, de manera ilegal y arbitraria cuestiona el
fondo de la ley, ordenando al INACIF para que realizara pruebas de ADN a los
restos de Caamaño, cuando por más de dos años se había discutido este tema en
ambas cámaras del Congreso, y los legisladores habían estudiado los análisis
antropológicos, consultado peritos y escuchado testimonios, quedando
convencidos de la autenticidad de los restos. La comisión era para cumplir la
ley, no para cuestionarla. De esta manera el Ministro de Cultura subvierte el
orden Constitucional al contravenir una orden del Congreso Nacional que se le
daba mediante una ley.
Recientemente
el Instituto Nacional de Ciencias Forenses presentó su informe respecto a los
restos, un estudio que nunca debió ser hecho. De manera un tanto sospechosa
presentan este informe un días después de que fue interpuesta una Acción de
Amparo para que se cumpla la Ley 4-13, luego de más de 7 meses con la posesión
de los restos sin dar ninguna información al respecto a pesar de nuestra
insistencia. Este informe del INACIF fue sometido por la Fundación Caamaño al
análisis de expertos en estos temas, quienes dieron constancia de los múltiples
vicios y las graves incongruencias en dicho informe, recomendando no aceptar
sus conclusiones, ni las afirmaciones en él vertidas. El informe presentado por
INACIF constituye una irresponsabilidad científica y una traición a la memoria
histórica del pueblo dominicano.
Como podemos
ver y consta, el Poder Ejecutivo ha hecho todo cuando ha sido posible para
disminuir la figura de Francisco Alberto Caamaño Deñó. Primero, no asumió la
responsabilidad de emitir un decreto para hacer la exaltación, tal como
establece la ley que crea el Panteón de la Patria. Segundo, modificó por
completo la Comisión de Exaltación establecida por el Congreso, colocando al
Ministro de Cultura, dependiente del Poder Ejecutivo, para presidirla. Tercero,
a través del Ministro de Cultura incidentó el cumplimiento de la ley, negándose
a acatarla. Cuarto, el INACIF, que también es una dependencia del Poder
Ejecutivo, emite un informe irresponsable y lleno de vicios para desacreditar
la autenticidad de los restos de Caamaño.
Sería
importante saber: si el Presidente de la República Danilo Medina Sánchez, el
Ministro de Cultura José Antonio Rodríguez, el Procurador General Francisco
Domínguez Brito, y el Director del INACIF Francisco Gerdo, están consientes de
la responsabilidad histórica que están asumiendo ante nuestro pueblo.
Tal vez
muchos se pregunten a que responde todo esto; por qué tanto miedo a la figura
histórica de un hombre. El coronel Caamaño además de ser el mayor símbolo de la
defensa a la soberanía Nacional, el mayor símbolo de la lucha por la justicia
social y la democracia en nuestra historia reciente, es el mayor símbolo de la
lucha antiimperialista en el Continente Americano. La única vez en América que
se ha enfrentado en armas al Imperio Mundial Norteamericano fue en la República
Dominicana en 1965, con Francisco Alberto Caamaño a la cabeza. Ningún país de
América se había atrevido a enfrentar el abuso del Imperio Norteamericano,
mucho menos un país pequeño y escasamente armado. Aun hoy el ejemplo del pueblo
dominicano, que por más de tres meses defendió a sangre y fuego su dignidad
ante el abuso del mayor imperio económico y militar que ha conocido el mundo,
constituye una vergüenza para el Imperio Norteamericano, y la figura y el
ejemplo del presidente Caamaño son un objetivo de su política imperial.
Hoy más que
nunca, cuando los pueblos latinoamericanos comienzan a unirse en contra de la
hegemonía imperial de los Estados Unidos, es intolerable para el Imperio
Norteamericano que se reconozca la figura del mayor luchador antiimperialista
de todo el Continente Americano. Es por esto que nuestros gobernantes, serviles
y dependientes de los Estados Unidos, tratan de impedir que Caamaño reciba los
honores que le corresponden.
Los enemigos
de Caamaño, los enemigos de nuestro pueblo, están conspirando en contra de la
memoria y de la verdad histórica. Los intereses que asesinaron a Caamaño, los
intereses que descuartizaron y quemaron su cadáver, los intereses que
intentaron hacer desaparecer no solo su cuerpo, sino también su ejemplo, son
los mismos que hoy estamos enfrentando. El servilismo, la cobardía, la
irresponsabilidad, la traición, no deben ponerse jamás por delante de los
intereses de la patria.
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En respuesta a las declaraciones del Ministro de Cultura sobre la sentencia
que ordena el traslado de los restos del coronel Caamaño al Panteón de la
Patria
Por Claudio Antonio Caamaño Vélez
En mi condición de accionante, junto a Nathaly Ramírez Díaz, en el proceso
de Amparo de Cumplimiento contra el Ministerio de Cultura y la Comisión de
Exaltación, que concluyó con un resultado favorable, no sólo a nosotros, sino a
todo el pueblo dominicano, en cuya representación hemos actuado, me veo en la
obligación de referirme a las declaraciones del Ministro de Cultura José
Antonio Rodríguez.
Equivocarse es de humanos, corregir es de sabios. La Comisión de
Exaltación, presidida por él, se equivocó al negarse arbitrariamente a
trasladar los restos del coronel Caamaño. Su actual postura puede conducirlo a
una equivocación mayor, con consecuencias más delicadas. Llamar “inaceptable,
improcedente y desconocedora” a una sentencia en materia constitucional, es
una indelicadeza de gravedad considerable.
Es importante que el ministro tome conciencia que no debe hablar
unilateralmente en nombre de la Comisión de Exaltación, mucho menos en
declaraciones que le puedan acarrear graves perjuicios a la persona de cada uno
de los que componen la misma.
La Sentencia No.040-2014 no plantea una sugerencia a tomar en cuenta, sino
una orden a ser cumplida. José Antonio Rodríguez, como funcionario público debe
ser obediente a las órdenes que se le imparten, y debe respetar la
institucionalidad de los órganos que crean las leyes, así como la de aquellos
que administran la justicia.
La Ley 137-11, que regula el Amparo, es muy clara al establecer en su
artículo 111 que “la sentencia será cumplida por la autoridad o funcionario
obligado en el plazo que ella disponga”. Por lo que el Ministro de Cultura,
además del astreinte que deberá pagar, a título personal y no en sus funciones
de ministro, por cada día de incumplimiento, puede ser administrativamente
considerado en desacato, lo cual es aun más grave.
El Ministro José Antonio Rodríguez, habló de recurrir la decisión de los
jueces, y ciertamente está en todo el derecho, pero es prudente que sepa que el
artículo 54 de la Ley 137-11, en su numeral 8 establece que “el recurso no
tiene efecto suspensivo…”. Por lo que independientemente de su decisión de
recurrir deberá darle cumplimiento a la misma dentro del plazo de los 15 días
que ella establece.
El Ministro de Cultura primero desobedeció una orden emitida del Poder
Legislativo, en forma de Ley, ahora pretende desafiar una decisión del Poder
Judicial, en forma de Sentencia. Un funcionario público, ni nadie, debe jamás
sentirse con el poder y la autoridad de hacer tales desacatos.
Esperamos que las declaraciones del Ministro de Cultura, en su calidad de
presidente de la Comisión de Exaltación, se deban a una mala asesoría y a su
desconocimiento de la Ley, y no a una consciente actitud de desobediencia,
autoritarismo y desacato.
Confiamos en el buen juicio de los miembros de la Comisión de Exaltación y
que dentro de los próximos 15 días veremos a los restos del coronel Caamaño
descansar el en Panteón de la Patria, como lo quiso el Congreso Nacional, como
lo manda la Ley 4-13 y como ahora lo ordena la Sentencia No.040-2014.