viernes, 21 de diciembre de 2012

Antropólogos confirman restos son los de Caamaño


EL EXGUERRILLERO CLAUDIO CAAMAÑO ENTREGA AL LISTÍN DIARIO LA EXPERTICIA HECHA EN 1987
Santo Domingo
Antes de nuestra llegada al sitio, huesos humanos habían sido descubierto en una pequeña excavación realizada en el área aproximada a 0.50X 0.50 Mts. Debajo de unas tablas de maderas de pinos  (costaneras), se había localizado parte de una osamenta que supuestamente continuaba por debajo de la madera.
Comprobé primeramente que la condición estratigráfica no había sido alterada y que dicha excavación previa realizada se había limitado a exponer un fémur, parte de una tibia y alguna costilla.
Levanté la capa de maderas costaneras que cubrían el resto de la tumba y comprobé que los huesos se encontraban en contacto con aserrín, y también de pino; una parte con coloración oscura quemado, y otra sin quemar y de un color marrón claro. El aserrín que estaba más en contacto con los huesos se percibió más compacto y formando “pequeños terrones”, que absorbían el agua percolante.
Tras limpiar los restos óseos, se aprecia que mantienen un estado medio de conservación. Hay señales de cremación e indicadores de que este esqueleto junto a sus partes blandas fue sometido a la acción del fuego.
La impresión general del enterramiento es que este se produjo entre dos capas de madera de pinos, una como base; dicho cadáver ya quemado, fue colocado o lanzado, con aserrín, sobre ella e inmediatamente cubierto con la capa de tierra y madera que sirvió como techo.  La madera fue cubierta con tierra. La fosa excavada como tumba  llegó aproximadamente a alcanzar 1.00 mts. De profundidad.
 Con respecto a la posición del esqueleto es totalmente atípica. El tórax estaba situado en decúbito dorsal (o supino), es decir “boca arriba”. El cinturón pélvico había sido desarticulado, quedando, desplazados hacia un lado y el otro, los huesos ilíacos, siendo imposible la localización del hueso sacro, que complementa dicho cinturón por detrás. Igualmente ausente están todas vertebras lumbares que debieron correr la misma suerte que el sacro.
Las extremidades inferiores fueron separadas de sus respectivas articulaciones de la cadera, dejando fracturadas con pérdida laminar 
Ambas cavidades cotiloideas en su fondo. Una de ellas también quedó desarticulada en la rodilla, la otra: en posición de extención. Cabe señalar que sólo fue posible encontrar dos cálcaneos  y dos astrágalos, pues todos los demás huesos del tarso y todas las falanges, estaban ausentes.
Las extremidades superiores también estaban desarticuladas, en el hombro y en el codo. Los huesos húmero se encuentran en posición inversa, es decir la parte o epífisis distal del codo se encontró próximo al lugar que debía ocupar el hombro. Los huesos de los antebrazos, desarticulados y dispersos. No hay huesos del carpo ni falanges.
Con relación a la cabeza sólo se recuperaron fragmentos de los huesos planos: occipital y parietales, así como la porción petrosa de ambos temporales. No están presentes ni hay huellas de destrucción de los huesos de la cara incluyendo el maxilar inferior ni piezas odontológicas. Fue encontrada en nivel situado a unos 15 cms. por encima y algo alejado de la cabeza (0.50 Mts.), una prótesis de maxilar superior, con cuatro (4) piezas posteriores “in situ”, cada una de ellas, de pequeño tamaño. La pieza fabricada en acrílico de color rosa, esta fracturada, con pérdida de material. Igualmente posee esta prótesis los puntos de sustentación del canino del otro lado, pero éste no está presente.
Las primeras vértebras cervicales no fueron encontradas como tampoco la base craneal contactante con la columna. Esto hace pensar que la cabeza se desprendió del tronco arrastrando las primeras vértebras cervicales. En cavidad pélvica fueron encontradas dos vértebras cervicales y fragmentos muy pequeños de huesos craneales; esto permitiría sospechar que la cabeza estuvo colocada allí, antes que tuviera un destino final, desconocido. El número total de vértebras asciende a doce.
Muchas costillas fueron recuperadas. Algunas de ellas con fracturas próximas a su extremidad distal.
Con respecto a la posición general que presenta este esqueleto, todo hace pensar que se trata del enterramiento de un cuerpo desmembrado, sobre el que se colocaron los respectivos miembros desarticulados a la vez, con excepción de la extremidad derecha inferior cuya articulación de la rodilla resistió permaneciendo en extensión.
3 El desmembramiento se produjo en condiciones post-mortem muy probablemente durante el trayecto del sitio donde supuestamente pudo haber sido cremado hasta su lugar de enterramiento, toda vez que bajo el esqueleto no fueron encontrados fragmentos de madera que constituyeran parte de la pira, mientras que en el estrato ocupado por el esqueleto sí tuvieron presentes fragmentps carbonizados.
Con respecto a la edad cronológica que a la hora de morir tenía el individuo a quién perteneció el presente esqueleto nos permitimos sospecharla en torno a los veinte años con una tolerancia de cinco años para cubrir parte de la gama de variabilidad en lo relativo al desarrollo óseo. Este diagnostico fue basado en el estado de maduración del hueso húmero derecho.
Las suturas craneales presentes en los pocos restos recuperados de la cabeza del esqueleto en cuestión (occipitales, sobre todo) se nos muestran libres, permeables o no sinostosadas.
Las características de dimorfismo sexual en los huesos presentes indican que se trata de un individuo masculino. La escotadura ciática es claramente típica. En los huesos largos no hay a simple vista señales físicas de fracturas en la vida del individuo ni tampoco tras su muerte. Los huesos planos (omóplato, ilíaco) se encuentran bastante deteriorados, con pérdida de sustancia en las partes más delgadas de su cuerpo.
Se requiere el estudio radiográfico y las mediciones antropológicas de gabinete, para completar este estudio realizado “in situ”, en el Valle de La Lechuga, Constanza, Provincia de La Vega.
Firmado  por Dr. Abelardo Jiménez Lambertus


Informe de la experticia de antropologia fisica realizadfo por la comisión ad-hoc para el estudio de los restos humanos procedentes del valle de Las Lechugas, Constanza; 
La Vega.


El conjunto óseo sometido a estudio de gabinete corresponde a solo un esqueleto. Estos huesos estuvieron expuestos a la acción del fuego.
Todos los huesos  largos están presentes
De los huesos cortos se carece de todos los integrantes de carpos, metacarpos y falanges de ambas manos, así como las falanges y metatarsos de ambos pies. De los del tarso solo están presentes el calcáneo y el astrágalo de cada pie. De las vertebras solo fueron recuperadas doce (12). Estas corresponden: cuatro (4) cervicales ñde la cuarta a la séptima y ocho (8) a dorsales o torácicas- las ocho primeras. No hay vertebras lumbares, ni sacro ni cóccix. Tampoco están presentes las rótulas.

   De los huesos planos solo se han recuperados catorce (14) fragmentos craneales; cuatro (4) son mayores de 10 (diez) centímetros y ocho son microfragmentos. Incluimos además, los dos peñascos temporales. Las clavículas están presentes y completas. De costillas se recuperaron veinte (20) fragmentos. Tanto los ilíacos como lo omóplatos se encuentran muy deteriorados. 
Estado de conservación
El estado de conservación en que se encuentran estos restos óseos puede catalogarse como medio. Esto es atribuible al efecto del fuego a que fueron sometidos y al grado de humedad existente en torno a los huesos. La capa de madera de pinos que formaba el fondo sobre el cual se depositaron los restos, según el informe rendido por uno de nosotros (Dr. Jiménez Lambertus), actuó al parecer, como retenedor del agua que penetraba el suelo procedente de las frecuentes lluvias en el Valle y por la propia humedad relativa en dicho sitio; que es muy elevada.

Cremación
El esqueleto en estudio:  en su condición de cadáver; fue sometido a fuego directo. Tal fuego no logró carbonizar totalmente las partes blandas; de tal modo que los huesos en general tuvieron tal protección. Cabe señalar que es a nivel de la zona nucal (y tal vez de la cabeza) donde más efectos produjo la temperatura. El resto del occipital recuperado así permite afirmarlo.

Posición
La posición “in situ” en que aparece el esqueleto en el Valle de Las Lechugas, quedó descrito en el informe emitido por el Dr Jiménez Lambertus; miembro de esta comisión Ad-hoc.

Identificación del esqueleto.
Dificultades

Grandes son las dificultades para la identificación del caso en estudio. Estas proceden de los siguientes aspectos que a continuación enumeramos:
- Carencia total de los huesos de la cara.
- Carencia total de piezas dentarias completas o fragmentadas.
- Carencia total de los huesos del cráneo.
- Carencia total de los huesos de ambas manos.
- Ausencia casi total de pies.
- Carencia de rótulas; sacro; cóccix y de todas las vértebras lumbares.
- Ausencia de Atlas y Axis.
- La erosión sufrida por muchas superficies óseas; sobre todo de los huesos cortos y de algunas epífisis de los huesos largos.
- El deterioro y fracturación de las mismas producto del efecto del fuego.
 Identificación personal.
Se trata del esqueleto de una persona que en vida disponía de las siguientes características:

- Aspecto general:         Normal
- Determinación sexual:   Varón
- Madurez:     Adulto 
- Corpulencia:      Media
- Enfermedades osteole-
sionantes:     Ninguna detectada
Fracturas recientes en vida: 
                          No detectadas
Deformaciones óseas: 
                          No detectadas

Lesiones traumáticas
1- Ilíaco derecho. En la línea innominada se aprecia la huella del impacto de un objeto sólido aunque de pequeño tamaño; que rozó la tabla interna del hueso dejando líneas de erosión paralelas, todas inclinadas de delante a atrás y de arriba abajo. La longitud de la huella alcanza los dos (2) centímetros; siendo su anchura total de uno (1 cm.).

2- Astrágalo. Uno de los astrágalos presenta en una de las superficies articulares tarsianas una huella lineal aislada y única de menos profundidad que la del ilíaco, y que se produjo estando la porción anterior del pie ya desarticulada.
3- Vértebra. El cuerpo vertebral correspondiente a una de las vértebras dorsales intermedias aparece pulverizado, sin poder determinarse la causa, máxime cuando ambos cuerpos vertebrales de las que articulan con ella se muestran completos; aunque erosionados en sus respectivas superficies.
Talla.
La estatura que en vida correspondió al esqueleto en estudio fue obtenida mediante la comparación de las medidas antropométricas tomadas en los huesos más completos o bien con las medidas estimadas tratándose de huesos con pérdida parcial, estableciéndose su relación con las cifras que ofrece la tabla para calcular la talla a partir de restos óseos ideada por Manouvrier y que fue modificada por Olivier en 1963. La primera columna indica la talla que corresponde a las longitudes de los huesos largos  que se ofrecen en las demás columnas:

EDAD
 En el informe “in situ” elaborado por uno de nosotros (Dr. Jiménez Lambertus) y al que ya nos hemos referido; se estableció partiendo de la separación de la cabeza del húmero derecho por el cuello anatómico, una edad cronológica aproximada a los 20 años. Esa cifra se llevó a un margen de cinco (5) años para cubrir parte de las variaciones que pudiera presentar, tanto con carácter individual como hereditario, la soldadura u osificación del cartílago de conjunción de la epífisis proximal del húmero derecho.

El análisis morfoscópico mediante lupa estereóscopica tras la limpieza de la pieza ósea, y el empleo de radiografías tomadas mediante un aparato portátil cedido gentilmente por la Clínica Alcántara y González, ha permitido establecer que las estrías presentes en la superficie de tejido esponjoso fracturado por efecto del calor se produjeron durante el proceso de cremación incompleta a que fue sometido el cadáver. Esto explica el por qué sólo la cabeza del húmero derecho fue la única parte epifisaria sin aparente soldadura.
La radiografía torna el diagnóstico hacia los 40 años.
Condiciones  generales del hallazgo
El esqueleto se encuentra cremado, desmembrado, decapitado o carente de cabeza, con ausencia de sacro, manos, prácticamente de pies y de la mitad de las vértebras.

Prótesis
La prótesis encontrada a 0.50 mtrs. de los escasos restos óseos correspondientes a la cabeza ubicada en un nivel correspondiente a 0.85 mtrs. de profundidad, no presenta signo alguno de haber sido sometido al efecto del fuego.

Esta evidencia no permite someter con absoluto crédito que forma parte de los restos pertenecientes al esqueleto en estudio.  (*)
(*) : Sobre la prótesis, la familia Caamaño informó que a Francisco Alberto Caamaño; caso en dilucidación; le fueron realizados trabajos odontológicos, incluyendo prótesis. Una de las causas de los frecuentes trabajos; según esta comunicación personal; era que padecía de bruxismo. 
Hipótesis Identificatoria con el esqueleto de Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Hemos dejado para el final la hipótesis identificatoria de que se trate de los restos esqueletales de Caamaño Deñó.

En principio y basado en el diagnostico de la edad cronológica correspondiente al esqueleto en estudio partiendo de la cabeza humeral aislada; quedaba descartada tal hipótesis a menos que pudiera demostrarse un trastorno de osificación de carácter familiar hereditario, rasgo muy improbable.
A la luz del diagnóstico radiográfico y de la ayuda diagnóstico-diferencial con la lupa estereoscópica, lo que parecía dilucidado tornó de nuevo a hipótesis activa ya que el diagnóstico de la edad era el fundamento del descarte.
Actualmente; acorde a los resultados de nuestros estudios; no hemos encontrado incompatibilidad entre la data obtenida en el estudio en cuestión y las características antropométricas y morfológicas que sobre el Señor Francisco Alberto Caamaño Deñó hemos obtenido.
En definitiva, la hipótesis de que los restos esqueletales recuperados en el Valle de Las Lechugas pertenezcan al coronel Francisco Caamaño Deñó no presenta, a la luz de la Antropología Física, incompatibilidad. 

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